Hoy toca un estracto de lo que es el "Nanúin", una unión muy profunda entre vampiros, donde los dos se vinculan con el otro. Ritual utilizado entre los de la misma especie, pero una nueva manera se creó con Lesley y Noah dejando patente que el amor puede superar cualquier tipo de barrera. Espero que recordéis con cariño esta parte final de la historia ;)
No lo leáis todos aquellos que aún no habéis llegado al final. SPOLIERS muy gordos que podrían jorobaros la historia. Luego no digáis que no os he advertido :D
El Nanúin consistía en que ambos amantes
tomaran la sangre del otro para que ésta viajara por su organismo adentrándose
en su cuerpo y confundiéndose con la propia sangre de la persona. Ella no
conocía ningún caso de un Morak vinculándose con un vampiro, pero ambos habían
encontrado una manera de llevarlo acabo, a pesar de que Noah no pudiera clavar
unos colmillos en ella.
El
Dios Rheswm evaluó a los dos enamorados con curiosidad en su mirada. A pesar de
que Lesley podía sentir la mirada en su cuerpo no se echó atrás, sino que se
adelantó dos pasos frente a Noah y dejó que el cuchillo que llevaba en las
manos se afianzara en su palma. Al mirar los ojos de Noah dudó sobre si darle
el cuchillo, no porque pensase que no querría hacerlo, sino porque su amor por
ella podía impedirle hacerle el corte en el cuello.
A
falta de colmillos, Noah le haría un leve corte en la piel para así lamer
después la sangre que escapara por la herida. Lesley sentía los colmillos
palpitantes, deseando clavarse en la piel del Morak y deseosa de marcarle como
suyo. Sin pensárselo más, le tendió el cuchillo y él lo agarró con una fuerza
inusitada.
Noah
la tomó por la cintura, pegándola a su cuerpo mientras elevaba el cuchillo y
rozaba con el filo la piel fría de su cuello. No sintió dolor cuando el metal
dañó su piel, pero sí sintió la sangre resbalando por su piel e inmediatamente
después los labios de Noah se estaban apoderando de su sangre. Ella pasó las
manos por su cabello acercándole mucho más a ella y queriendo sentir el calor
que él desprendía por cada poro de su cuerpo.
Hubiera
dado cualquier cosa por seguir sintiendo sus labios cerca de ella, pero la
tradición mandaba y cuando Noah se separó con el pelo revuelto... ella solo
pudo pensar en lo adorablemente sexy que se veía. Relamiéndose los labios, la
vampira se acercó a Noah como si fuera una presa, arrejuntó su cuerpo con el de
él mientras el propio Morak inclinaba la cabeza hacia un lado dejándole su
cuello expuesto.
Sus
colmillos se alargaron hasta límites insospechados y perforaron su carótida con
rapidez. La sangre se deslizó por su boca hacia su garganta mientras ella
disfrutaba del embriagador sabor de su futuro “maith” o marido como solían
llamarlo los mortales. Desclavar sus colmillos de él fue mucho más duro de lo
que podría haber imaginado días atrás.
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